La costa del Rio de la Plata,de los saladeros a la Hesperidina.-1850-1880

El diario inglés “The Standard , ese mismo año, presentó una artículo con el título “Handbook of the River Plate Republics” . Donde describe el Quilmes de esos años, que incluía los actuales partidos de Berazategui (San Francisco) y Florencio Varela (San Juan o Casa de Teja) La que se transcribe es la traducción del Dr. Craviotto: “Población de 6809 habitantes; es un suburbio encantador y de notable elegancia en sus residencias campestres, pintorescas vistas, frondosa vegetación y granjas modelo. La Cabaña de Wilfredo Latham cría caballos y ovejas que han ganado concursos. La Bella Vista es la propiedad con bosques de los Clark. Otra familia de origen escocés, terratenientes de arraigo, los Davidson poseen su hacienda llamada Santo Domingo (También tenían solares en el pueblo de Quilmes y un de ellos en Alsina e H.Yrigoyen, Juan Davidson lo dona para establecer la Sdad Italiana Cristóforo Colombo) El pueblo frente al Río de la Plata se enorgullece de sus encantadoras quintas, rodeado de pequeñas chacras; hay más de 100.000 acres de sembradíos. Las quintas de Bagley, Walker, Simpson, Bate… etc. son de suntuoso buen gusto. El pueblo tiene 1586 habitantes, elegantes plazas, tranvía y escuela con 220 alumnos… Entre los ingleses residentes se agregan las familias de James Brown (Berazategui) Dobson (o Robson), Drake (Gabriel Drake fue presidente del H.C.D. de la municipalidad de Quilmes en 1898), Yates, Younger, Hudson, Younger, […] El médico que atiende a la colectividad inglesa es el Dr. José Antonio Wilde… Muchos de estos eran productores agroganaderos y obtuvieron premios por la calidad de su producción como fue el caso de Wilfed Latham, Carlos Clark, Francisco Younger.” 

En 1864 un norteamericano de origen inglés, Melville Sewell Bagley produce en Barracas al Norte un licor de la corteza de naranjas amargas cosechadas en su propiedad de Bernal que llamó Hesperidina. Bagley, tenía 26 años. Emprendió otras empresas en sociedad con otros quilmeños, como, por ejemplo, el tranvía a la Ribera. 

Bagley era estadounidense, nacido en Bangor, Estado de Maine, el 10 de julio 1838. Llegó al país entre 1861 y 1862 como representante de una editorial, después trabaja un tiempo en una droguería. Murió en Buenos Aires el 14 de julio de 1880. 

Una mañana de octubre de 1864 la ciudad de Buenos Aires y el pueblo de Quilmes se invadieron de intriga ante unos carteles que proclamaban Se viene la Hesperidina 

Bagley estaba implementando los nuevos métodos comerciales usados en los Estados Unidos, creando una estrategia sorpresa, subliminal para dar a conocer su producto. Fue la primera campaña publicitaria que se hizo en la Argentina y empezó a comercializarla adjudicándole propiedades curativas. Hasta el Dr. Wilde en su libro Higiene Pública y Privada la recomienda como tónico salutífero.

Esta bebida espirituosa fue un éxito, pero comenzaron los plagios; a lo que Bagley alentó la creación del registro de marcas y patentes, y en 1876 la Hesperidina se convirtió en la primera patente nacional. 

El nombre de la bebida de debe a las hespérides. Cuando los griegos recorrían el Mediterráneo, en las costas valencianas vieron el figurante dorado de las naranjas y creyeron que eran las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides, las ninfas del ocaso, hijas del titán Atlas que tenían la misión de proteger el “árbol de las manzanas de oro”; y aunque eran amazonas que se cuidaban muy bien solas, contaban con la ayuda de un dragón de 100 cabezas, que no les sirvió de mucho, porque Heracles les robó las guardadas manzanas. De ahí tomó Blagley el nombre de su elixir espirituoso.




HISTORIA - Atalaya

En sus más de 300 años de existencia Atalaya ha navegado, desde fines del XVII hasta la actualidad, por cinco siglos distintos.
Este pequeño y pintoresco pueblo, surgido como una guardia militar entre 1663 y 1700, conserva un gran número de construcciones de su pasado saladeril. El histórico muelle del puerto de Atalaya de 1872; la vieja escuela, oficializada en 1878 por Domingo Faustino Sarmiento (Director General de Escuelas para ese entonces); el edificio de la Sociedad Italiana de 1887; la vieja estación del Ferrocarril del Sud; la capilla Santa Rosa de Lima, erigida en 1889 por Don Santiago Rocca, propietario del saladero La Francesa; los edificios de las compañías de telégrafos All American Cables de 1920 e Italcable de 1928 (que posibilitaban la comunicación transfluvial e internacional), y numerosas casillas de madera de fines del XIX y principios del XX.
Reserva Natural y Cultural El Saladero - Muelle Histórico - HAGA CLICK PARA AMPLIAR LA IMAGEN A mediados del siglo XVII las visitas frecuentes a las costas del Río de La Plata de piratas, bucaneros y filibusteros ingleses, holandeses y franceses, impulsaron al Gobernador José Martínez de Salazar para que por Cédula del 16 de Marzo de 1663, diera la orden de “…… erigir un fuerte en el puerto de Buenos Ayres y levantarse torres en la costa que sirviesen de atalaya para descubrir los bajeles enemigos…”
En 1735 el Gobernador Miguel de Salcedo, por temor a una invasión externa luego del ataque portugués a la Colonia del Sacramento, dio a la guarnición de Atalaya carácter definitivo de “Guardia Fluvial y Terrestre”.

En un momento incierto entre estas dos fechas (1663 y 1735) se estableció la Guardia de Atalaya. Conformada por gauchos y Blandengues tuvo, desde sus orígenes, carácter exclusivamente militar y su principal misión consistía en la vigilancia del contrabando con la Banda Oriental y, en menor medida, en el aviso y la protección frente a los malones. 
Reserva Natural y Cultural El Saladero - Capilla Santa Rosa de Lima - HAGA CLICK PARA AMPLIAR LA IMAGENLas características hidrográficas de la costa y del arroyo hicieron de Atalaya un puerto natural, figurando en diversas cartas náuticas españolas, francesas, inglesas y portuguesas desde principios de 1700 y para 1807 la guardia atalayense figuraba como un punto estratégico en las cartas hidrográficas de Félix de Azara. 
Reserva Natural y Cultural El Saladero - Boulevard - HAGA CLICK PARA AMPLIAR LA IMAGEN En 1825 el Imperio del Brasil declara la guerra a la Provincias Unidas del Río de la Plata y el 24 de agosto de 1826 se produce, en la costa Magdalenense, el desembarco de 65 brasileños armados con sables y fusiles. La antigua Guardia de Atalaya, conformada por sólo 25 gauchos de a caballo armados con lanzas, boleadoras y algunos sables, libró combate contra las fuerzas imperiales logrando su retirada. 
Finalizada la guerra con el Brasil, el 9 de mayo de 1832 buques de guerra franceses y una fuerza de desembarco de 600 hombres atacaron, con fuego de artillería e infantería, el puerto de Atalaya. El enfrentamiento con la guardia local de gauchos y Blandengues, denominado posteriormente “Combate del Sauce”, culminó con la retirada de los franceses.
Luego de este período de esplendor e importancia militar el puerto de Atalaya se sumergió en el olvido hasta que en 1871 el asentamiento de los saladeros lo rescató del ostracismo.
Los Saladeros

La prohibición del establecimiento de saladeros y graserías en la ciudad de Buenos Aires en 1871, como consecuencia de la epidemia de fiebre amarilla, obligó a la industria saladeril a buscar las condiciones propicias para su desarrollo fuera de la ciudad. Para la radicación de estas industrias resultaba indispensable una zona no inundable con disponibilidad de agua dulce, cercanía de un puerto, facilidad para el transporte de cargas y para el buen aprovisionamiento de la materia prima. Para ese entonces, la ribera magdalenense ya había despertado el interés de los ingleses y en 1871 los Sres. Isidoro Silges y Octavio Ferrando, basados en los trabajos cartográficos realizados en la zona por los ingleses, instalaron en Atalaya el primero de los seis saladeros que harían de Atalaya un pueblo activo y promisorio. En 1872 se instala el saladero “El Uno” de Lázzaro Repetto y Cia., en 1875 el saladero de Palazzi y Cia y, situado en la margen izquierda del Arroyo Atalaya, el saladero Podestá Hnos.

El continuo crecimiento de la industria saladeril se afianza en 1876 con la inauguración del saladero La Francesa, propiedad de los hermanos Santiago y Gerónimo Rocca, que tiempo después se transformaría en Rocca y Terrarosa. Finalmente en 1877 la firma Pedro Bordatto se establece con el último de los seis saladeros consolidando el “Polo Saladeril de Atalaya”.

Hacia 1876 había comenzado a construirse el camino Atalaya- Magdalena y en 1879 el poblado de Atalaya, con más de 4.000 habitantes, estaba en su apogeo. En 1889 se habilita el puente sobre el arroyo Atalaya al final del “Camino Blanco”, cuya construcción había sido previamente peticionada por el saladero Podestá a fin de unir ambas márgenes del Arroyo Atalaya, y finalmente en 1893 se produce la llegada de un ramal del Ferrocarril del Sud.

El pueblo vivía sus tiempos de esplendor hasta que en 1904 la instalación en Berisso de la primera industria de congelado y enfriado de carnes, “La Plata Cold Storage Company” de capital Británico, comenzó a debilitar la fuerte industria saladeril. Posteriormente, en 1907, la firma norteamericana Swift and Company compró el control del frigorífico británico constituyéndose en Swift and Co. La Plata y en 1909 la National Packing Company, un conglomerado de las firmas norteamericanas Swift, Morris y Armour, consolida la industria frigorífica en la Argentina. Hacia 1926 se produce el cierre definitivo de los saladeros y Atalaya vuelve a sumirse lentamente en el olvido.

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